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Ojos


Siempre he creído que los ojos son la ventana del alma, una puerta a tu verdadero yo. Es una forma de conocer realmente a quienes te rodean. Sin embargo, cuando estás del otro lado, cuando es a ti a quien observan, todo cambia.

Creo que nunca nadie había intentado descifrar lo que esconde mi mirada tanto como él.

Y es que me hace sentir tan especial, como si quisiera conocer mi verdadero yo, solo a mí y a nadie más. Como si fuese la única.

Es tonto, jamás podría ser cierto...

Sus ojos... dulces y tristes, apasionados y ardientes. Cuando lo observo, y veo que me mira, como está atento a cada movimiento, cada gesto. Ese universo que esconde tras él y que algún día voy a descubrir.

Veo sinceridad en sus ojos, llenos de afecto y protección, como quien está dispuesto a dar la vida por quien ama. Y eso, es admirable.

Pero es que cuando mira mis ojos, cuando los observa e intenta ver más allá, cuando me observa mientras cree que no lo observo, me hace sentir como si realmente fuese alguien especial. Cuando mira mis ojos, solo en silencio y nada más. Cuando intenta averiguar las respuestas a las preguntas nunca hechas, a través de mis ojos. Cuando solo se dedica a verme mientras yo imagino e intento adivinar qué cruza por su mente... Es allí cuando pienso si querrá quedarse cuando conozca quien soy y quien puedo llegar a ser.

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